Después del pronunciamiento del Presidente Barack Obama y del apagón de varios
portales web, en protesta a la ley SOPA, legisladores estadounidenses aplazaron
el debate de esta normativa hasta febrero.
Multas monetarias, bloqueo
el acceso a los portales e incluso cárcel serían las sanciones por infringir la
ley. El proyecto permite que tanto
el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, como los propietarios de
derechos intelectuales, puedan obtener órdenes judiciales contra aquellos
sitios de Internet que permitan o faciliten la violación de los derechos de autor.
Compartir o descargar
información libremente y gratis, sería cosa del pasado. Con dicha ley, los
proveedores de internet podrían supervisar todos los movimientos en la web. Absolutamente
todo estaría bajo la mirada de los derechos de autor.
El proyecto de Ley
antipiratería, SOPA (Stop Online Piracy Act), es una propuesta planteada por
los legisladores demócratas a la Cámara de Representantes de EE.UU., la cual
promueve la regularización del internet para eliminar la piratería y proteger
los derechos de autor.
Sin embargo, en esta
legislación existe una contraposición de dos principios: combatir la piratería,
pero al mismo tiempo, estimula el mecanismo de censura de contenidos.
A través de este mecanismo
legal, las industrias cinematográficas y de la música pretenden consolidar su
negocio. Empresas como MPAA (Estudios grandes), RIAA (Discografías), PHRAMA (Laboratorios),
y empresas de software como Apple, Adobe y Microsoft aprueban el proyecto.
A pesar del retardo de la
ley, los internautas no paran sus protestas y exigen respeto a la libertad de
expresión. Los piratas Anonymous alertaron de una posible primera guerra
virtual.
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